(Eduardo Fuentes)
La clave es el diagnóstico temprano. Las perspectivas de vida de una paciente con cáncer de mama son altas, muy altas, si se detecta cuando la enfermedad es apenas incipiente. Aunque, básicamente por falta de prevención, el de mama continúa siendo el segundo cáncer con mayor mortalidad en las mujeres venezolanas, la tasa de sobrevida, en el caso de pacientes con estadios precoces de la enfermedad, alcanza 80%, según la doctora Sara Ott, médica radioterapeuta oncólogo del Servicio de Radioterapia del Centro Médico Docente La Trinidad.
Los avances en los tratamientos contra este tipo de cáncer son los que han elevado el nivel de sobrevida en los últimos años. El tratamiento habitual es la cirugía con radioterapia o sólo radioterapia, que suele ser de alta precisión, con equipos 3D para la simulación virtual del tratamiento y su planificación y la Radioterapia de Intensidad Modulada que permite manipular la intensidad de cada banda de radiación para suministrar muy altas dosis sobre el tumor.
La radioterapia puede aplicarse de dos maneras: con la paciente boca arriba o acostada boca abajo. Según Ott, este método es más novedoso y cuenta con la ventaja de generar menores efectos colaterales porque los rayos no inciden directamente contra la piel del tórax sino sólo sobre la del seno afectado. Según explicó, se trata de la radioterapia suministrada en la llamada Mesa Prona, un tipo de camilla con una abertura central en la que la paciente se acuesta boca abajo y pone en suspensión el seno a tratar. En esta posición, los rayos se administran directamente sobre la mama , lo que permite un tratamiento más homogéneo y preserva los órganos subyacentes como el corazón y los pulmones.
En un principio, la radioterapia de Mesa Prona fue una técnica indicada para mujeres con mamas péndulas y voluminosas y para pacientes con problemas cardiopulmonares crónicos. Sin embargo, los resultados positivos de esta técnica generó que en la actualidad se utilice en casi todas las pacientes con tumores de mama, a excepción de quienes presentan que presentan ganglios positivos o volumen mamario muy reducido. Toda paciente sometidas a una cirugía preservadora o conservadora de la mama debe acudir posteriormente a tratamiento radiante, que disminuye las recidivas locales o recaídas en forma significativa y aumenta los años de vida después de la enfermedad de estas pacientes. Por otro lado, las mujeres que han sido sometidas a una mastectomía radical (resección de toda la mama), deben de realizarse una evaluación de los factores de riesgo, para decidir la aplicación del tratamiento radiante.
Publicado por El Universal, Caracas, Venezuela, 30/09/2008.

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