Pronta para otra!

Listo, se acabó una fase. Ya estoy en casa e ya me sacaron el tumor. Hicieron también los ganglios centinela, pero, según el doctor, nada encontraron. Solo sabremos algo en el miércoles cuando llegue el resultado patológico de lo que me sacaron. Ahí será cuando empezará una nueva fase des tratamiento o no. Si, existe la posibilidad de que no haya nada. Eso esperemos…
Una vez más me sorprendí conmigo misma. Mantuve el buen humor antes, durante y después de la cirugía. Solo tuve una recaída cuando señor Francisco apareció en el hospital. Lloré un poquito, pero luego se me pasó. También lloré cuando el medico dijo que no se encontraron ganglios infectados. No sé si fue mismo e emoción o si todavía era efecto de la anestesia. No sentí náuseas ni mareo por la anestesia general. Solo me arden los ojos como si tuviera arena en ellos. También siento un gusto malo en la boca y la sensación de frió ya pasó también. Mi marido me consiente más que lo normal, ahora está mi enfermero. El fue a la farmacia comprar mis medicinas para el dolor.

Afilando los cuchillos...

A pesar de haber esperado una hora para que todos los procedimientos empezasen, fue tratada como una reina todo el tiempo. También para lo que mi marido pagó, US$ 3200, era mismo para ser tratada como tal. Y yo también me porté bien del empiezo hasta el final. Hasta bromas yo hice en la sala de urgencias donde me preparaban para la cirugia! Mientras Carolyn llenaba el formulario de cirugia para que lo firmara, Ayleen me transladaba a la silla de ruedas donde me llevaria por segunda vez a pasear. Y sin querer ni planear dice que hacer una cirugia no era nada aburrido como yo había pensado. Creo que sensibilizé a la enfermera Ayleen, una negra gorda e muy simpatica en sus cincoenta años de edad, y no era mi intensión. A pesar de los nervios por la cirugia, yo conservaba una cierta tranquilidad.
Cuando me sacó a pasear de esta vez para el quirófano, tuvimos que pasar por la sala de espera y yo le comenté que no queria que mi marido me viera así. Entonces, ella me dijo para que no me preocupara porque yo estaba a penas disfrazada. Y no me preocupé mismo cuando mi marido se me acercó, me dió un beso y nos acomapañó abriendo las puertas de las salas hasta llegar al quirófano.
En la silla, los medicos me miraban desconcertados y si me di cuenta de que a Dr. Pablo le gustó mi actitud. Me preguntó como estaba y yo dice que un poco nerviosa. Me pasaron a otra cama, aquella que vemos en las teles donde llevan a los pacientes a las salas de operación. Nunca pensé en estar en una cama de esas...pero para todo hay una primera vez!
Me acosté y una vez más vinieron a preguntar si era alergica a la penicilina o cualquiera otra cosa. Me llevaron a la sala de operación. Allá ni tuve tiempo de pensar en desistir porque ya me aplicaron la anestesia general y me acuerdo de mis ultimas palabras: "ya no consigo prestar atención en nada!". Y así fue. Entré a las 11h15 en operación y a las 14h30 ya estaban me despertando y diciendo que todo corrió muy bien. Y que la cirugia fue un exito.
Venci más esa batalla!