Projeto Scar

Projeto Scar
Um projeto fotográfico de David Jay reúne una serie de fotos en negro y blanco de mujeres jóvenes y sobrevivientes del cáncer de mama. Clique en el link para más informaciones en inglés y para contatar al grupo caso queira registrar su história en negro blanco también!

jueves, noviembre 15

Paso de Gigante

Hoy tuve la cita que más he ansiado. Conocí al Hospital Oncológico de Panamá. La ansiedad de terminar ese tratamiento es tanta que ya no veo la hora de que todo eso empiece, quiero salir de eso en un zás… Pero ni siempre las cosas son así, de esta vez dependo de otras personas para que yo pueda saltar más esta barrera en mi vida.

El cáncer asusta tanto a la gente, que desde que el taxista me preguntó para donde iba, me di cuenta de que el no quiso ni platicar en el coche. Puede que yo esté con los sentimientos a flor de piel, pero antes de llegar al hospital di la cara a la muerte. Por supuesto que es una manera de expresarme, pero en el camino a la entrada del hospital hay una funeraria que por unas cinco o seis veces más veré antes de que me apliquen la quimio. Bajé del coche y asustada entré mirando a todas las caras que me miraban. Pasé a la recepción y un guardia no me dejó entrar porque yo usaba una blusa con tirantes. Me olvido que no se puede usar ese tipo de ropa en espacios del gobierno… Calmadamente me dirigí a una policial y le pregunté si no tenía un abrigo que me prestara. Sin saber porque me quedé esperando y luego la señora Juarez me prestó su saco.

Entré. Me dirigí al balcón de informaciones y pregunté que debía hacer para ingresar los papeles. Mientras la recepcionista revisaba mis papeles pregunté por Anabel, la enfermera recomendada por la Dra. Picardi. Recibí orientaciones para ir hasta el final del corredor y procurar por la enfermera para dar entrada en los expedientes. Antes de que me perdiera allá dentro, presencié una manifestación de los médicos por mejores sueldos. Una manifestación muy sencilla, calmada donde hablaban con los pacientes  y aseguraban que a pesar de todo seguirían asistiendo a los mismos. En medio a la multitud que ni era tan multitud, vi un rostro conocido. Más bien una careca conocida: era Dr. Luzcando, el medico que me quería disecar los ganglios en una mastectomia parcial. Nos saludamos, me deseó suerte y nos despedimos.

Mientras atravesaba otro corredor, pude notar como todos, incluso los médicos, me miraban medio raro. Era como se si preguntasen "que és lo que estás haciendo aquí". Y yo quisiera contestarles que nada, pero si yo tengo que pasar por eso, que así sea no lo voy a discutir, ni pensarlo. La vida continúa y eso es lo más importante.

Después de sentirme perdida, encontré a la enfermera. Anabel me recibió y se encerró en su sala. Luego salió y me indicó la ventana de vidrio donde yo debería ingresar mis papeles. Sorpresivamente me recibieron con una sonrisa en la cara. Todos allí me preguntaran si tengo seguro social.

Mientras esperaba hacía el intento de sentir el ambiente, ambiente de hospital que por toda la mi vida hasta acá he evitado. No sé si mis emociones me confunden, pero me siento rara. Es difícil no dejarme contaminar por la tristeza a mi alrededor. El silencio de voces susurradas, la voz suave en el parlante que solicita la devolución de unos papeles a alguien, las imágenes de un hospital en una tele ligada, ruedas de carritos de limpieza ruedan por el piso blanco gastado y limpio. Hay mucho movimiento. Gente entra, gente sale. Gente sube, gente baja. Una señora vende billetes de la loteria que correrá el domingo. Paciente encuentra a medico en el corredor. Se saludan, se abrazan. El medico pregunta como está y el señor de más de 70 años responde algo que no pude escuchar. Veo a una señora sexagenaria en una silla de ruedas secando sus lágrimas. Busco pacientes de quimio y no los veo. Siento que necesito una referencia para luchar contra el desconocido asesinato de células. Veo una señora que debe sentirse muy mal. Ella tiene un pañuelo amarrado por toda la cabeza, está pálida y casi sin color, anda  cabizbaja y muy despacio y parece tener muchos dolores. Una pena que esa enfermedad sea tan dura con la gente. Quisiera descubrir una medicina que evitara tanto mal! En esas horas me acuerdo de que soy una privilegiada y que el hombre de allá arriba me quiere mucho por no dejarme pasar por una situación tan más grave.

No esperé más que quince minutos para tener mi tarjeta y mi carnet del oncológico. En pocos minutos ya estaba apuntando mi cita con el Dr. Omar Castillo y subiendo escaleras para hacer Raios X del tórax y marcar la cita para el hemograma completo en el lunes 19. Empiezo a asustarme nuevamente. Me dá miedo que cualquiera resultado salga malo…

En la sala de espera del según piso, encontré al Dr. Omar Castillo caminando por el pasillo. En una plática muy rápida me dijo que los exámenes inmunostoquímicos serán rehechos para tener certeza del tratamiento que me será recomendado. También dijo que hay hacer el FISH para verificar si hay o no mutación del positivo del "Her2new" (eso es nuevo para mi, todavía no lo investigo!). Luego me llamaron para el Raio X y no me dio tiempo de pensar que otra vez estaré a la espera de que salgan nuevos resultados. Me despedí del doctor y fue vestir una bata. Éramos dos esperando a que la radióloga nos llamara para una revisión del examen. Gracias a Dios no nos llamaron. Ya aprendí que cuando nos llaman por segunda vez es porque la primera salió algún resultado malo. Empecé la plática con la señora que esperaba también. Ella había sido operada de una mama en julio y ahora hay sospecha de que su otra mama esté cancerosa también. Ella deberá pasar a quirófano nuevamente. La pobre se ve muy asustada y no es para menos. No sé de donde saqué las palabras, pero le dice que ella debería acatar las recomendaciones del doctor y no dejar de someterse a quimioterapia, porque sin ella no se salvará de las metástasis y de la progresión de la enfermedad. Le comenté que los efectos de la quimio son devastadores, pero son necesarios para matar el malo por la raíz. Después que le dice eso la sentí más tranquila y hablando de Dios. La radióloga salió y dijo que estaba todo bien. Le deseé surte y me despedí. Bajé las escaleras más leve y un poco más confiada.

Tuve la suerte de platicar con esa señora. Dicen que nosotros necesitamos ver a un mal más grande para darnos cuenta de que lo nuestro no es tan grave así… Y así fue. Empecé a sentirme mejor después que le hablé. Creo que ella era más uno de esos angelitos que me aparecen el camino. Ella apareció justo en la hora en que sentía ganas de llorar y para evitarlo empecé a cantar mi hino de vida "Viver y no tener la vergüenza de ser feliz…Cantar y cantar y cantar, la belleza de ser un eterno aprendiz…" Decia mi cantante preferido, Gonzaguinha.

 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Caramba, Dri, que coisa maluca! Não te escrevi antes pq não sabia o que dizer, aliás, ainda não sei... mas tenho certeza que vc vai sair dessa melhor do que entrou. Somente agora vc se descobriu um mulherão??? Ta vendo, isso eu já sabia.
Dri, vc tinha algum caso assim na família?
Como vc está agora? Está fazendo quimio?
Dri, sobre ter ou não filhos... lembre-se que eu não podia e estou aqui com a minha pequena com 6 meses já. Se no seu caso não der mesmo, adote um bebê! Tenho certeza de que o amor será tão grande quanto se tivesse nascido de vc. E esses pequenos nos trazem tanta alegria, tanta força, tanta sorte... uma criança é sempre uma benção! Deus sabe o que faz, Dri, e a gente pode duvidar, mas Ele sempre faz a coisa certa. Um dia a gente vai descobrir os porquês...
Saiba que penso muito em vc e, todas as noites, quando peço a Deus que dê muita saúde para a Manuella, peço o mesmo para vc.
Vc é uma pessoa muito especial, Dri, tenho certeza que vai dar tudo certo.
Te adoro!!!!
E que 2008 venha cheio de boas novidades, alegrias e MUITA SAÚde!
Beijão
Dani
Obs: Me mantenha informada?!

"Heme Aqui..."No hay un paciente de quimio que no conozca a esta canción, un ícono del salón!

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