Sin desvios, rumo a la recta final!

Comencé una rutina semana pasada. Ahora camino todos lunes, miércoles y viernes. Coincidió que mi dia de cita fuera también un miércoles y aun así no dejé de cumplir mi compromiso con el ejercicio. Caminé solo los ocho quilómetros a que me propuse, pero me sentí apta a dar una vuelta más a los 3,7 km de la pista de caminada del parque Omar. Aún tenía a los perros para pasear y que volver al hospital antes del medio-dia. Por lo menos cumplí con mi propósito de caminar. Volví al hospital a las 11h30.
Celulares sonando "Deje su mensaje", televisión prendida, mucha gente hablando, enfermeras llamando a pacientes en los tres rincones de la sala de espera, otras enfermeras nuevas preguntando por exámenes de pacientes, Kitaro en mi I-pod… un alboroto de sonidos simultáneos de la espera más larga de un día normal de cita. Muchísima gente esperando desde las cinco de la mañana. En el reloj iba dar la una de la tarde y a pesar de que yo hubiera llegado al medio-dia, ya estaba con la nalga cuadrada.
No comí hasta después de pasar al consultorio de Dr. Omar, a las 15h00. Anabela, otra enfermera, comenta si aquel era mi pelo, que me veía muy bien. Armé una trampa para Dr. Omar y la atrapada fue yo. No comí para no pesar mucho en la báscula y para que Dr. Omar no me diera tanto Herceptin de esa vez. No funcionó, pues mismo que yo haya bajado dos quilos y medio en relación a la cita anterior, no cambió en nada la cantidad de 600 mg del medicamento. Humpf!
Ni modo, hay que darle, aun más ahora que supe que voy en camino del fin del tratamiento. Me falta la radio, por supuesto, pero eso ya viene incluido en el paquete. También necesito hacer dos MUGAS (exámenes del corazón con yodo radioactivo, los voy a retrasar lo maximo que pueda!), pues mis venas de los piés continúan con hinchazones. A pesar de todo eso, mi médico me dijo que no me libro tan fácilmente de el todavía, pues hasta DICIEMBRE termino con esa terapia biológica que todavía insisto en llamar “quimio”. Aún es intravenosa la manera que me lo meten en la sangre, por eso aun la llamo así.
Me tomó de sorpresa esa información de que termino el tratamiento en diciembre, pues en mis cuentas yo lo debería de concluir en mayo del año que entra. Pensé que no se contaban las diez quimios combinadas de paglitaxel y herceptin. Casi no lo pude creer! Me ganó la risa y no supe esconder mi felicidad... Hay que celebrarlo!