Jueves fue un dia curioso en el salón de quimioterapia. Nada más eran tres enfermeras - Alda, Maria y la jefe en ejercicio Inés. La sala estaba llena, todas las sillas ocupadas. Había dos pacientes vírgenes de quimio acompañadas de sus respectivos familiares. Inés las hizo sentar juntas pues daría la "charla para principiantes" de una sola vez. Y escuchaba mi I-pod cuando Inés empezó a hablar. De repente si hizo un silencio en el salón y solo se escuchaba la voz de Inés. Desligué la I-pod. Hasta yo me interesé por la explanación de Inés sobre TODO lo que decía respecto a la quimioterapia.
Efectos secundarios; cuidados antes, durante y después; caída del pelo y recomendación de uso de pelucas o pañuelos; uso del bicarbonato de sodio para enjuagar los dientes; el uso del maquillaje; deterioro temporario de uñas y piel; cuidados con la alimentación; exámenes periódicos de sangre para verificar el estado de la hemoglobina; los efectos del sol para la quimio de adriamicina ("la roja", como se acostumbra decir); los efectos de calor y frio para determinados medicamentos; la ausencia de menstruación durante el tratamiento; etc.
Nadie escuchaba a la televisión que insistía en dar las noticias de la una de la tarde. Inés tenia a una platea atenta, muda, concentrada en cada palabra que decía. Una señora de edad avanzada, la interrumpió algunas veces y con una educación y amablemente impecable, Inés le contestó sin desviar un segundo de su propósito de explicarles a los dos nuevas pacientes sobre los inconvenientes de la quimioterapia. Un señor a mi lado se animó y además de hacer algunas preguntas que fueron contestadas con la misma atención y amabilidad de Inés, también dijo por todos que ninguna otra enfermera de quimioterapia jamás había dado una charla tan interesante. Así como ellos, yo también me quedé impresionada, pues grande parte de la información que Inés dió ahí, yo encontré en internet.
Se terminó la plática cuando otro grupo de pacientes fue llamado para recibir quimioterapia. Entonces Inés se concentró en administrar el medicamento de unas de las novatas, mientras la otra subía al restaurante para almuercear. Y ya no se tardó mucho para que todo volviera a la normalidad. Yo me puse los audífonos una vez más, el señor a mi lado se puso a hablar como un perico, otro comentaba las noticias de un posible paro en Colón, la otra se bababa en la silla de tan dormida que ya estaba...
Ay, Inés, se todas las enfermeras fueran igual a ti! Con certeza, no habría tanta desinformación en los hospitales oncológicos y en los lares de los familiares de pacientes con cáncer. Eso ya ayudaría a diseminar menos desinformación entre las personas de todos los niveles en la sociedad. Y, tal vez, el cáncer no fuera una enfermedad tan asustadora como lo hacen ser hoy. si descubierto en tiempo, no mata.
Hay tantas enfermedades que matan más que el mismo cáncer, como por ejemplo la malária o fiebre amarilla que es la doenza que más mata en el mundo hoy. Segundo dados de la OMS (Organización Mundial de la Salud), la malaria provoca más de un millón de mouertes por año en áreas tropicales y 1/3 de la población mundial está infectada por el bacilo de la tuberculosis actualmente. Vea más Ciencia Hoy (en portugués).
Querido oncólogo
Hace 5 años
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