El Cáncer y los cuidados de la piel

La piel es uno de los órganos más grandes de nuestro cuerpo. Su función principal es la de proteger nuestros órganos internos, y por ello, siempre tiene que estar en óptimas condiciones para cumplir esta tarea.
La piel es uno de los órganos más grandes de nuestro cuerpo. Su función principal es la de proteger nuestros órganos internos, y por ello, siempre tiene que estar en óptimas condiciones para cumplir esta tarea. Durante y después de un tratamiento de quimioterapia se pueden presentar ciertas alteraciones en la piel, una de ellas es la sensibilidad y la resequedad, donde se pierden humectantes o aceites naturales que la mantienen protegida y sana. Se recomienda ser lo más gentil posible con ella y cambiar el régimen de limpieza y de cuidados, y evitar ciertos productos que puedan irritarla, causarle alergia, e incluso, dejarla expuesta a una infección. Lleva a cabo una limpieza suave, recurre a agua tibia (nunca fría o muy caliente) y usa un jabón suave líquido o en barra. Si estás acostumbrada a usar un tónico facial, es necesario que sea libre de alcohol o de agentes exfoliantes que pueden irritarla. Un paso muy importante es el de la humectación, porque es muy común que durante y después de un tratamiento de quimioterapia, la piel se descame y se deshidrate al disminuir considerablemente la producción de aceites naturales que son su barrera de protección. Recurrir a un humectante rico y con nutrientes es la clave principal para tener una piel radiante, luminosa y con un tono uniforme. Si crees que necesitas una crema hidratante para el contorno de ojos, no dudes en usarla, ya que se trata de la piel más delgada del rostro y que presenta rápidamente líneas finas, deshidratación y pérdida de firmeza. Otro producto del que jamás debes prescindir, es del protector solar. Busca uno con un SPF mayor a 15 y que sea un escudo real para rayos UVA y UVB, porque ahora más que antes, tu piel se encuentra tan susceptible a los rayos solares que se puede manchar. Entre más estéril o limpio se encuentre el ambiente donde practicas tu régimen de belleza, es mejor. Como habíamos mencionado antes, la piel queda tan expuesta que puede infectarse. Te recomendamos evitar el uso de esponjas o toallas de limpieza (a menos que sean desechables) porque son partidarias a guardar bacterias. Siempre lava tus manos antes de la limpieza facial y mantén tus envases bien cerrados o bien, elige unos con dispensador para que nunca toques el producto con las manos y lo contamines. Si te fijas, son cambios muy sencillos que no requieren de grandes esfuerzos. Si estás acostumbrada a usar exfoliantes, peelings o tratamientos anti edad con retinol, lo mejor es suspenderlos porque pueden irritar o alterar más la condición actual de tu piel. Después, puedes hablar con tu médico para que te diga cuándo es el momento correcto para regresar a ellos. Si no sabes qué tipo de productos pueden ser los indicados, te recomendamos que asistas con un dermatólogo o visites una farmacia dermatológica donde encontrarás productos diseñados para piel sensible cuyo ingrediente principal es el agua termal. Un agua de extracto natural que es muy suave con la piel, la hidrata y se encuentra en líneas muy amplias de limpieza, cuidados básicos y tratamiento que son los recomendables para ayudarte cuando tu piel está sensible y seca.


Publicado por Revista Glamour México