Lecciones del cáncer

La vida es tan magnífica que a cada minuto me hace pasar hacia delante algo que acabo de aprender.
Encontré muchos sentidos para el cáncer en mi vida y entre ellos está el facto de que yo puedo apoyar a mi madre. Me quedo contenta de no actuar como mi hermano y papá diciéndole a mi mamá que ella “solo habla de enfermedades”.
Año pasado mi mamá sufrió un golpe emocional muy fuerte. Después de incontables examenes, más de 57 precisamente, y hace apenas tres semanas su medico descubrió finalmente la razón del adelgazamiento relámpago de quince quilos en dos meses de mi mamá: un hipertiroidismo grave conocido como la tireóide de hashimoto. Tan grave que si mi mamá no se medica, los quistes múltiples que le encontraron en su tireóide pueden transformarse en tumores malignos. Ella los descubrió en tiempo y está se medicando ahora. Y caso no le funcione este medicamiento, tendrá que tomar yodo radioactivo.
Por supuesto que mi mamá se asustó! Y no es por casualidad que soy su hija, porque ella también leyó la bula del medicamiento. Y también se asustó. Solo lloraba. Fue entonces que repetí a mi mamá lo que aprendi del Dr. Omar: que se ella leyera una bula de aspirina iba asustarse igual con los efectos secundarios. Era más una bula cualquiera, nada más...
Normalmente yo no estaría preparada para ayudar a mi mamá, porque antes de ese cáncer yo era igual a mi papá o a mi hermano y tal vez le dijera también que ella solo hablaba de enfermedades. Pero no, este cáncer me hizo cambiar, me hizo valorar más esos pequeños detalles da vida.
Siento que después de este cáncer he aprendido a valorar muchas cosas en mi vida. Incluso, hasta he aprendido a vivir mejor con miedos, con mis preocupaciones y problemas. Y lo mejor de todo eso es que estoy aprendiendo a salir del capullo. Aprendi a decir "te amo" a mi mamá. Estoy aprendiendo a ayudar al otro. Falta mucho todavía, pero ya se me presentan las ganas de meterme en un hospital para ayudar a los enfermos de cáncer a platicar de sus miedos. Por ahora ya pongo eso en práctica en la misma sala de quimio. Creo que es un buen comienzo.

Pesada, más feliz!

En viernes último, terminé otra etapa del tratamiento, pero todavía no canto vitoria porque hasta el miércoles de esa semana sentiré los efectos del Taxol y su aliado corticoide. Aún tendré hinchazón y estaré otros quilos más gorda una vez más!
Apesar de que mis quilos de más subieron los numerales de la báscula, no me preocupo porque sé que mi cuerpo luchaba por menstruar. Esta semana decidí hacer algo para bajar de peso. Me asusté cuando Dr. Omar me pesó en la última consulta al ION. Faltó solamente medio quilo para estrenar la los tres dígitos de la báscula. Me aterré! Hubo días en la semana en que pasé a pura sopa de vegetales. Entonces me cansé de la sopa y compré pescado y lo comía en la noche. Compré queso también y lo comí. En el día siguiente ya había recuperado un quilo de dos que me costó tanto bajar! Creo que llegó la hora de hacer más ese gran sacrificio de no comer queso…
Ya es cuestión de honra adelgazar. Es un compromiso conmigo misma. Es un hecho de que así que terminen los efectos de esta quimio, empezaré a bajar de peso!

S.O.S. Ánimo!

No me había dado cuenta de que me sentía fastidiada del tratamiento hasta la última sesión de quimio. Solo percibí cuando me vi sin ganas de meterme en las platicas al mi alrededor. Y eso en general es muy raro en mi. Siempre quiero dar mis pitacos, quiero enseñar a la gente que la quimio es un mal necesario y que todos podemos salir hacia delante. Pero de esa vez no fue así que las cosas funcionaran... Mi paciencia de paciente se está yendo. Por primera vez me vi entrar en el salón de quimio desganada. Ya no tenía la risa de siempre en la cara.

Estoy a dos sesiones de terminar más una etapa de la quimioterapia combinada. La verdad es que ya no veo la hora. Por más increíble que pueda parecer, esa quimio se me hizo más larga y molesta. Ni las enfermeras me creen cuando digo que prefería la quimio de adriamicina porque en aquella no sentí tantos efectos colaterales como ahora. Para empezar, son cinco los quilos que engordé. La hinchazón me acompaña a cada semana y molesta muchísimo. Eventualmente tengo diarreas interminables, de esas de quedarme dos o tres días sin salir del baño. Estoy menopáusica, me siento cansada y tengo calores absurdos. Además, tengo malestares y sensación de que hay un hueco en el estómago y no es hambre. He tenido algunos calambres, porque esa quimio también afecta a los huesos, pero por suerte hasta el momento no me ha molestado más que lo normal.

Lo bueno de lo malo es que todo eso va acabar en dos sesiones. Las hinchazones y las diarreas van acabar al mismo tiempo en que dejen de ministrarme los corticoides y la ranitidina para prevenir reacciones al Taxol o Paglitaxel. Entonces seguiré con la pre medicación de acetaminofen, una vez que continuo con el tratamiento con herceptin hasta a fin de año.

Ya lo gordita me voy quitar poco a poco. Yo ya estaba llenita antes de ese tratamiento y cinco quilos me están haciendo mucha diferencia. Con los quilos demás ya no me preocupo porque tengo un plan infalible para detenerlos. Así que terminen esas dos sesiones, empezaré a restringir mi dieta, intensificaré los ejercicios en casa, haré más caminadas y buscaré auxilio en el masaje terapéutico y la acupuntura china.

He me preparado para cuidarme mejor. Todos esos siete meses, he leido mucho sobre salud. sobre como mantenerme saludable, como mejorar la alimentación, como practicar ejercicios y cuando, que tipo de habitos suprimir y cuales acrecentar. Por eso creo que todavia salgo ganando de ese tratamiento intensivo, ostensivo, extensivo y estresante. Por lo mientras debo portarme como una paciente que soy y recuperar el ánimo, afinal faltan dos sesiones para acabar con todas esas moléstias.